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8 Diciembre, 2011

Señor Presidente, Excelencias, Señoras y Señores

Nuestro sistema climático ha sido seriamente perturbado y muchos países están pagando un precio altísimo y creciente debido a ello.

Señor Presidente, permítame ilustrar lo que está ocurriendo en mi propio país con un gráfico - que está siendo distribuido - que muestra cómo a lo largo de los últimos 50 años pasamos de ser impactados por un evento hidrometereológico extremo por década en los años 1960 y 1970, a nueve en los últimos diez años.

La Depresión Tropical 12E que impactó a El Salvador hace apenas dos meses fue la última de esta secuencia terrible y destructiva. Durante diez días, descargó hasta 1.5 metros de lluvia. Entre otros impactos, tuvimos deslizamientos, la inundación de la décima parte del territorio, así como grandes pérdidas en infraestructura y agricultura.

Aunque en comparación a eventos previos, logramos reducir las pérdidas de vidas humanas, debido a un sistema bastante fortalecido de protección civil, aun así 40 personas perdieron la vida. Por otra parte, no pudimos evitar las pérdidas económicas que alcanzaron $840 millones de dólares por 4% del PIB.

Nuestro país recibió un poco más de $6 millones de asistencia de emergencia y mi gobierno está agradecido por la solidaridad de las Naciones Unidas, nuestros bancos regionales, Noruega, Taiwan, Suiza, Canada, Estados Unidos, Corea, España, Japón, Brasil y otros.

Nos conmovió especialmente Guatemala, que también fue afectado por la Depresión Tropical 12E, pero que sin embargo decidió compartir con nosotros parte de la ayuda de emergencia que había recibido.

Es precisamente ese espíritu de solidaridad y responsabilidad compartida que tenemos que traer a nuestras negociaciones aquí en Durban. No cometamos el error de pensar que hay actualmente otras crisis, que son más importantes que la perturbación de nuestro sistema climático. Todos podemos hacer una diferencia aquí en Durban. Gracias señora Presidenta, por el respeto que ha mostrado para todos nosotros, escuchando todas nuestras voces y no sólo la de aquellos que parecen tener importancia. La verdad es que todos importamos acá en Durban.

Señor Presidente, a menudo oímos que necesitamos lograr un paquete equilibrado de decisiones. Pero ¿Qué significa esto para los pueblos que ya están siendo tan afectados por la alteración del sistema climático global y que están viendo anuladas sus esperanzas de un futuro mejor, debido a nuestra persistente incapacidad colectiva?


Creo que hay al menos tres elementos esenciales de ese paquete equilibrado:

En primer lugar, tenemos que tomar decisiones muy claras y concretas sobre financiamiento. Todos los países vulnerables necesitan financiamiento para apoyar sus acciones urgentes de adaptación. Es por eso que tenemos que decidir aquí la operacionalización inmediata del Fondo Climático Verde, con todos los elementos esenciales que hemos estado discutiendo bajo la conducción de la Presidencia, incluyendo una capitalización inicial significativa para que no comencemos con un cascarón vacío.


Una ampliación significativa de nuestros esfuerzos de adaptación y de los recursos correspondientes es un segundo elemento esencial de un paquete equilibrado. Si no lo hacemos, las pérdidas y daños incrementarán mucho más en el futuro cercano y muchos de nuestros países enfrentarán crecientes amenazas a su estabilidad. Los desplazamientos masivos internos de población y la emigración sería un resultado casi seguro.


Un tercer elemento esencial tiene que ver con los serios compromisos de mitigación graves que son requeridos de los países desarrollados y de los principales emisores, ya que ello es esencial para moderar la creciente desestabilización del sistema climático global. Sin embargo, hay que asegurarse de que se respeten plenamente.


El derecho a un acceso equitativo al desarrollo sostenible y el principio de las responsabilidades históricas.

Señor Presidente, a pesar de que nuestra contribución a las emisiones globales es insignificante, también queremos contribuir, mediante la búsqueda de sinergias entre la adaptación y mitigación, como en el caso de nuestro Programa Nacional del Restauración de Ecosistemas y Paisajes que esperamos poner en marcha el próximo año.

Esta iniciativa, si reúne un apoyo externo suficiente, transformará nuestros paisajes degradados y la agricultura, aumentando así nuestra capacidad de adaptación a los fenómenos climáticos extremos. Intentaremos lograrlo a través de la expansión masiva de los sistemas agroforestales y de las prácticas agrícolas sostenibles. De esa manera, seremos capaces de  mejorar la biodiversidad, mientras se captura carbono en el suelo, la vegetación y los árboles. Este modelo de "mitigación basada en la adaptación" es también la base para nuestro programa de REDD+ pues es lo que tiene sentido para nuestras necesidades y circunstancias particulares.

Señor Presidente, usted puede contar con nuestro apoyo. Bajo su sabia dirección, confiamos en que el Documento Final de Durban se enviaría un poderoso mensaje de esperanza para nuestros pueblos que han sido defraudados por tanto tiempo. No podemos y no debemos defraudarlos de nuevo.

 

Gracias,  Presidente

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